martes, 2 de diciembre de 2014

Historia de la Cosmética

En tiempos prehistóricos, los primeros humanos usaban minerales, animales y plantas para cubrir su cuerpo de los rayos solares, es decir, el primer protector solar.
A través de dibujos antiguos podemos observar que las mujeres del paleolítico coloreaban las diferentes del cuerpo de un color marrón rojizo y para ello usaban mejunjes y potingues, también en la edad del bronce, hemos encontrado dibujos en las paredes de las cuevas y de ahí podemos saber que los cazadores y danzantes teñían partes de su cuerpo de rojo y negro y en el pelo se echaban arcilla.

Además existen escritos de unos 5000 años antes de Cristo que nos cuenta la existencia de una civilización llamada sumaria, estos vivían en la ciudad de Ur, esta civilización tenía una reina llamada Shub-Ad y en su estancia mortuoria se encontraron gran cantidad de utensilios de belleza, lo que nos dice que en esa época ya existían conocimientos acerca de la cosmética.


Incluso en las traducciones que se han hecho sobre las tablillas sumarias aparecen formulas para preparar ungüentos y aceites. Los cuales debían ser elaboradas por los médicos.


Pero cuando la cosmética alcanza su mayor esplender es en la época egipcia, donde las mujeres usaban desodorantes, tónicos de la piel y capilares, ungüentos y un sin fin de ingredientes, la mayoría de estos productos estaban elaborados por leche de burra, harinas, levaduras, miel, arcilla y aceites. En esta civilización es conocida la reina Mit-hotep, y en la que en su estancia mortuoria se hallaron numerosos tarros y vasijas conteniendo numerosos ungüentos. Las mujeres egipcias se maquillaban, varias veces al día, empleando una crema de propiedades detergentes. Parece ser que los médicos y físicos egipcios escribían largos tratados sobre belleza y maquillaje.


Además, en el Antiguo Egipto, los maquillajes tenían una dimensión sagrada. Es esta la cuna de la cosmética, de hecho, los egipcios ya usaban perfumes (flores de lirios), productos para el cuidado del pelo (aceites de castor) y desodorantes (bolas de incienso frotadas por el cuerpo), entre muchos otros, para el cuidado de su cuerpo. A veces usaban estos productos para los rituales de los dioses y las momias.
Por otro lado, en la mitología griega era habitual tener una constante higiene corporal. En la historia también cabe destacar Grecia, donde con las conquistas de Alejandro Magno comenzó la industria de los productos cosméticos. Las mujeres griegas que se lo podían permitir coloreaban la cara, lo hacían espolvoreándose oro, blanco y rojo, además se teñían las cejas, se prolongaban las pestañas y se marcaban el contorno de los ojos, incluso se teñían sus cabellos.


También las mujeres romanas tenían interés por el cuidado de la piel y por su belleza, para ello suavizaban su piel con extractos de limón, rosa y jazmín. Endurecían sus pechos con vinagre y arcilla y corteza de encina macerada en limón. Para sus dientes utilizaban un fino polvo de piedra pómez e infinidad de perfumes para su cuerpo.


La crema usada como la cold cream tuvo sus inicios en Roma, donde fue creada por Galeno. Aquí se recomendaban ungüentos para patologías cutáneas.
En la edad media los sacerdotes católicos se muestran en contra de todas las prácticas que hacían a la mujer más atractiva. Y esto hace que baje el uso de los cosméticos en esta época. Posteriormente durante los siglos XV y XVI, con el renacimiento, surge de nuevo el interés por la belleza. Las mujeres venecianas, no solo se maquillaban el rostro, sino que también se maquillaban los pechos, usaban muchos perfumes de Asia, como el almizcle, ámbar, sándalo, incienso, mirra y claro de especias.


En la Edad Media, como caen los ungüentos cosméticos debido a la influencia del cristianismo, son las personas musulmanes quienes mantienen la cosmética. Amaban la limpieza, quizás por la obligación de lavarse las manos antes de realizar sus oraciones. Además, las mujeres se pintaban las uñas.
Más tarde, con el Renacimiento, se aumentaron los perfumes y el consumo de aceites provocado por el lujo que se dio en esa época.
Como en épocas antiguas no se usaban jabones, se utilizaban mucho los perfumes para disimular el mal olor.
Ya en el siglo XVII, con la moda de belleza femenina, donde las mujeres deseaban ser rubias, que simbolizaba la virginidad, éstas se aclaraban el pelo con lejía. También se echaban carmín en las mejillas.

El siglo XVIII fue caracterizado por un uso abusivo de los cosméticos, donde las mujeres se pintaban coloretes y lunares. En este siglo renace la cosmética, los perfumistas crean y difunden sus geniales productos. Que se venden en todo el mundo, los envases son de plata, oro, porcelana y laca. El rojo es el color de moda, hay rojo para utilizar durante el día y rojo más apagados por la noche. De nuevo vuelven los perfumes florales, agua de rosa, lavanda, naranjo y jazmín.




Fue en 1792 cuando el hijo del regidor de Colonia recibió como regalo un recipiente con agua de colonia fabricada por monjes y quedó tan entusiasmado que decidió comenzar su fabricación.

Ya en el siglo XIX aparecen los avances científicos y se crea en París un pequeño comercio donde nacen nombres como Pinaud o Bourjois. En este siglo se impone la naturalidad. Las mujeres se perfuman con ámbar, pachuli, Chipre. Los productos contienen fresa, frambuesa, naranja y limón. Se caracteriza por el romanticismo, se siguen usando las leches, las mascarillas, también se emplea la manteca de cacao, pepino, y para lograr la palidez enfermiza, se bebe vinagre y limón. Las mujeres se esconden del sol y del aire, para preservare el rostro, que se muestra blanquecino, donde destacan unos ojos grandes y tristes.



       

Es en los años 80 cuando aparece el colágeno en la cosmética y en 1986 aparecen descubrimientos que hoy día se utilizan como los lípidos en la piel y el ácido hialuronico.
En la actualidad, los avances conseguidos son asombrosos. Existen técnicas que a través de observaciones de parámetros cutáneos dan como resultado cosméticos más eficaces.

Los retos actuales están enmarcados en la prevención y protección de las radiaciones solares a través de ingredientes de origen vegetal. También está de moda utilizar colágeno animal o algas para la fabricación de productos cosméticos. 

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