martes, 16 de diciembre de 2014

LA PUBLICIDAD EN LA COSMÉTICA

En el artículo realizado por José Antonio Díaz Rojo, llamado “La belleza es salud. La medicalización lingüística de la publicidad de los cosméticos” se aprecia que los eslóganes que se usan para dar publicidad a los productos de cosmética utilizan el concepto de salud para aumentar a los productos de belleza y hacerlos ver como productos pseudosanitarios.
La publicidad emplea los recursos necesarios para manipular a las personas, con el fin de introducir un determinado producto a la población y conseguir la fidelidad del cliente. Para ello, difunde ciertos estilos de vida, forma a las personas en determinados tipos de mentalidades y da la visión del mundo que a las grandes industrias les interesa.
Existen números refranes que decía la gente de otras épocas, las cuales no veían necesario utilizar cosméticos para mejorar el aspecto físico. De hecho, únicamente se consideraba a la salud y a la felicidad como fuentes para la belleza física. Un ejemplo de estos refranes puede ser “Atavío y afeite, cuesta caro y miente” donde se muestra que el afeitado no es necesario, y “Salud y alegría, belleza cría” en el caso contrario.
Sin embargo, actualmente la sociedad está dedicada a realizar un culto al cuerpo, donde se da una obsesión por cuidar el aspecto físico y hay un excesivo consumo de la cosmética. Esto ha sido provocado por aspectos como la valoración de las cosas materiales, la visión del cuerpo como una fuente de placer y las mejoras de las condiciones de vida, entre otras. Por ello, el cuerpo ha pasado a ser en las sociedades posmodernas una piza clave del consumo cultural.
Dos pilares básicos de la cultura del cuerpo son la cosmética y la cirugía estética, que se han fomentado debido a la industria audiovisual, la cual ha creado el canon de belleza corporal.
De hecho, hasta los políticos de hoy día cuidan extremadamente su cuerpo y su apariencia física, porque del look que muestren depende la imagen que den a la sociedad.
En la publicidad se muestran los productos de belleza como instrumentos que garantizan la salud de la piel o el cabello, así como el bienestar físico. Ejemplo de algunos eslóganes que lo muestran son los siguientes:
   -       Eslogan de gel de baño: “Piel joven y sana”
   -       Eslogan de champú: “Refuerza tu pelo, dejándolo no solo limpio, sino también brillante y lleno de vitalidad. Tan sano que brilla como nunca. El brillo de un pelo sano”
   -       Eslogan de crema para la piel: “Hidrata y da color [a la piel]”
Como se puede comprobar, los anuncios publicitarios están llenos de verbos que pertenecen al campo de la vitalidad, como revitalizar, proteger, reafirmar y fortalecer, entre otros.
Además, esta unión entre la medicina o salud y cosmética se ven en algunos títulos de sesiones de revista, como por ejemplo “Salud y Belleza” o “Higiene y Belleza”, cuando realmente están hablando de celulitis, perfumes o lavado del cabello.
La asociación de los dos términos medicina y cosmética, actúan como arma para la manipulación de las personas mediante el lenguaje. Esta unión en la publicidad eleva a la cosmética, que suele der vista como superficial, y pasa a ser vista como seria.
Todo ello sin olvidar, que todo esto provoca que la sociedad se obsesione con el consumo excesivo. 

La presentación de productos “milagrosos” para tratar algunas enfermedades o que no sea adecuada a la definición del cosmético debería ser denunciada, pero esto no se hace, quizás porque no se ha transmitido a la sociedad la exigencia de regulación de la publicidad. De hecho, Internet es el medio de comunicación que más quebranta las leyes publicitarias. 

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